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martes, 21 de mayo de 2013

ECONOMIA

Mil ochocientos ochenta  es un año clave en la historia argentina. Atrás quedaban resueltos los problemas críticos: la cuestión de la capital y la conquista del desierto. El país se hallaba en franco progreso. En tales condiciones, un hábil político —Roca— llega al poder a  la vez que continuara la labor de sus antecesores en el orden del progreso material, será típico representante de una generación ilustrada  progresista, aunque con fuerte tendencia a convertirse en oligarquía y con vínculos cada a la vez mas poderosos con el capital extranjero. En 1890 su sucesor debió hacer frente a una peligroso crisis que hizo tambalear el poder de la elite gobernante.
PERÍODO 1880-1890 UN PAÍS AGRARIO
Un nuevo panorama se ofreció para el país a partir de 1880. Se simbolizó en el lema del gobierno de Roca: Paz y administración. Se impuso la ley y la Constitución sobre cualquier divergencia interna, con lo que se consiguió fomentar el desarrollo económico y la organización del Estado.
Esto pudo hacerse porque la conquista del deserto dio ¡as seguridades necesarias para el poblamiento y la producción, y porque lfederalización de Buenos Aires afirmó la autoridad del gobierno nacional.
El país se presentó entonces en condiciones de entrar en la órbita del comercio mundial. Lo hizo como proveedor de materias primas de una potencia mundial: Inglaterra.A la vez que exportaba los productos de la tierra, la nación debía importar la mayoría de las manufacturas para uso interno. Este esquema si bien proporcionó al país momentos de de prosperidad, creaba una situación de dependenciaa de la economía extranjera.
La política económica se orientó sobre las bases del fomento de la inmigracióny la inversión de capitales extranjeros. A raíz de la nueva política el país experimentó grandes transformaciones: aumento de tierras disponibles a consecuencia de la conquista del desierto; formación de grandes latifundios; generalización en el uso del alambrado para la delimitación de los campos; cría racional del ganado con la introducción de la mestízaciónaumentó de la cría del ovino estimulada por las demandas de lana; empleo de la industria del frío en la exportación de carnes; difusión del ferrocarril, creando vías de comunicación convergentes hacia el puerto de Buenos Aires: y como consecuencia. se produjo una rápida valorización de la tierra
Para lograr una efectiva producción era necesario fomentar la inmigración. El Estado realizó en tal sentido una activa propaganda ofreciendo seguridades: paz interna y posibilidades de trabajo. La mayoría de los inmigrantes provino de Italia y España; en general su afincamiento no se produjo en el campo sino en los centros urbanos Una de las causas de este hecho fue la existencia de grandes latifundios que impidieron la entrega de la tierra en propiedad a los colonos. Por su parte. las colonias agrícolas existentes no alcanzaron a absorber la masa inmigrada. Muchos de ellos se ubicaron en las estancias, donde reemplazaron al gaucho.
LAS CARACTERÍSTICAS DEL MODELO AGRARIO EXPORTADOR
Las características que definieron al modelo agrario exportador fueron las siguientes:
La dependencia económica del mercado externo. La condición de Argentina como país periférico de la economía-mundo capitalista dio lugar a que los centros industrializados europeos tuvieran poder de decisión sobre la organización de la producción argentina. En el mercado mundial se fijaban los precios de los productos y se decidía el destino de las inversiones de capitales. De este modo, indirectamente, se determinaba qué productos convenía producir en el país.
El latifundio como unidad de producción agropecuaria. La casi totalidad de la producción destinada a la exportación se obtenía en grandes propiedades rurales ubicadas en la región pampeana.
La intervención del Estado. La fuerte expansión de la demanda mundial de productos agropecuarios de clima templado y la disposición en nuestro país de tierras fértiles para esta producción, no eran condiciones suficientes para posibilitar el crecimiento de la producción y de las exportaciones agropecuarias. El Estado tuvo un papel decisivo para asegurar el funcionamiento del modelo agrario exportador. Sus acciones más importantes fueron: garantizar la libre circulación de bienes y capitales, favorecer la expansión de la red de transportes y otras obras de infraestructura facilitar la puesta en producción de las nuevas tierras de frontera, estimular la inmigración extranjera para obtener fuerza de trabajo, y organizar unsistenia jurídico y monetario.
La participación de capitales extranjeros. Las inversiones de capitales extranjeros fueron un sustento indispensable para el desarrollo del modelo agrario exportador. Estos capitales estuvieron destinados a realizar las obras que facilitaban el transporte y la comercialización de los productos argentinos en él mercado internacional. El mayor volumen de las inversiones de capital —de origen inglés—permitió la expansión del ferrocarril y la modernización del puerto de la ciudad de Buenos Aires. Las inversiones extranjeras también se destinaron a fundar bancos y empresas exportadoras que realizaban los negocios de compra y venta. Y, finalmente, fueron capitales ingleses los que instalaron los primeros frigoríficos que permitieron que la producción ganadera de carnes y sus derivados llegara a los mercados europeos con mejor calidad y, por lo tanto, obtuviera mayor precio. En algunas de estas actividades, los capitalistas ingleses se fueron asociando con capitalistas argentinos.
La inmigración extranjera. Hacia 1860, la escasez de mano de obra en la zona pampeana planteaba un obstáculo para iniciar la explotación de las tierras. El problema no podía resolverse esperando el crecimiento vegetativo de la población existente, y la población de otras regiones del país también era escasa y se caracterizaba por su inmovilidad. La solución se encontró en la incorporación de fuertes contingentes migratorios del exterior. Entre 1857 y 1914, del saldo inmigratorio neto de 3.300.000 personas, el 90% se radicó en la región pampeana, pero sólo una cuarta parte —800 mil— quedaron en las zonas rurales.
El desequilibrio regional. Las producciones destinadas a la exportación se obtenían, fundamentalmente, de la región pampeana del país. Y en el interior de ésta, Buenos Aires y su puerto fueron el núcleo que centralizó los intercambios con el mercado internacional. Por esta razón, también en ese núcleo se concentraron los grupos de mayor poder económico y los centros de decisión política que trabajaban por el mantenimiento de este modelo económico que los beneficiaba. Por estas razones, en las otras regiones del país, las economías extrapampeanas, cuyas producciones no se destinaban al mercado internacional, comenzaron a depender de la economía pampeana. Este fue el caso, por ejemplo, de la producción de azúcar en Tucumán y de vinos en Mendoza, destinada al abastecimiento del mercado interno.
El fortalecimiento de este modelo de organización de la economía y la sociedad, consolidó el dominio de un grupo social sobre el conjunto de la sociedad. Los terratenientes exportadores se fueron constituyendo en el grupo de capitalistas agrarios, y actuaron asociados con capitalistas extranjeros.


LA SOCIEDAD


LA "ÉPOCA DE ORO" DEL CONVENTILLO
La "época de oro" del conventillo porteño se localiza hacia la década del 80, aunque la casa de inquilinato, como institución, desborda ese marco y se proyecta con ligeras variantes hasta hoy. Al comenzar los años 1880 Buenos Aires cuenta con 1.770 conventillos, en los que pernoctan 51.915 personas repartidas en 24.023 habitaciones de materia!, madera y chapas. Tres años después las casas de inquilinato son 1.868, pero apenas se han agregado 1.622 cuartos para alojar a 12.241 nuevos parroquianos.
En 1887, pico de la década, los conventillos son 2.835. A mediados de 1890 el número de éstos decrece a 2.249, pero la relación habitaciones habitantes continúa siendo alarmante: 37.603 habitantes para 94.743 inquilinos. Los barrios o parroquias más populosas son Concepción (Caseros, Solís, México y Chacabuco), Piedad (Alsina, Sarandí, Ayacucho, Paraguay, Uruguay y San José), Socorro (Paraguay, Uruguay, Callao y Río de la Plata), San Nicolás (Uruguay, Cuyo, Esmeralda y , Paraguay), Balvanera (México, Boedo, Victoria, Medrarte, Córdoba, Paraguay, Ayacucho y Sarandí) y San Telmo (Chacabuco, México, Paseo Colón y Caseros).

Desde sus comienzos el conventillo fue fuente de reflexión y escándalo para los hombres del 80, que habían sido, en cierta medida, sus artífices. Complicada con ingredientes de xenofobia, esteticismo, positivismo a! uso y fobia clasista, es fácil adivinar el efecto que habrá causado en estos hombres la imagen del pauperísmo (pobreza) y de la mugre vocinglera, entrevista fugazmente al cruzar ante u portal de la calle Bolívar o Alsina.
Para algunos, lectores apresurado de la novedosa escuela de Medán ; de los textos sociológicos de Ramo¡ Mejía, este caso de anfiteatro en un claro testimonio de las taras hereditarias y de la inferioridad socia y biológica de la inmigración meridional; para otros, apenas un fantasma que se conjuraba con la causerie en el Círculo de Armas O con el viaje a Europa, donde se reencontraba, por cierto, a los mismos fantasmas, pero esta vez (lo que resultaba tranquilizador) en su propia casa. Allí, desvalorizada en él fondo del conventillo cosmopolita estaba la "resaca humana", el "áspero tropel de extrañas gentes" de Rafael Obligado, la "ola roja" de Cañé, los "judíos invasores" de Marte!, los italianos con "rapacidad de buitre" de Cambaceres.
Aparte, y a bastante distancia, la gente "decente", los criollos rancios que reconocen las claves de las causeries de Mansilla, que saben de qué habla Lucio V. López en ¿as griegas de terracota (o lo fingen), que se vinculan "entre nos" por un código y unos recuerdos comunes.

lunes, 6 de mayo de 2013



Julio Argentino Roca

Se denomina "generación del ’80" al conjunto de hombres que condujeron los destinos de la Argentina a fines del siglo XIX. Sus miembros pertenecían a una minoría oligárquica, que bajo la bandera del progreso, terminaron subordinando al país ante los intereses extranjeros. La inmigración y el intento alfabetizador fueron dos claves de este período de nuestra historia.

Los años entre 1880 y 1916 de nuestra historia se han definido como "de la oligarquía porteña". A partir de la asunción de Julio Argentino Roca, fueron varios los presidentes que buscaron consolidar un régimen liberal, extranjerizando todos los órdenes de la sociedad. Este proceso fue realizado a través del vínculo cultural y económico con países europeos como Inglaterra y Francia.


El paso decisivo en el cambio económico social argentino fue la apertura a la gran inmigración que tuvo lugar en esos años. Esto sucedió porque mientras aquí se necesitaba mano de obra, Europa la estaba liberando en forma masiva. Para acompañar a su idea de progreso, esta generación histórica hizo que el Estado se encargue de determinadas funciones que antes cumplía la Iglesia, como ocurrió con la educación. Se buscó instruir a toda la población, que tenía altos índices de analfabetismo, y así lograr establecer su identidad como argentinos antes que como extranjeros. El poder de la generación del ´80 se basó en distintos factores:



La tierra: En forma de latifundios, es la gran propiedad en manos de la oligarquía terrateniente. 
La colonización: Este aspecto estaba fuertemente relacionado con la producción agrícola, aunque sólo funcionó parcialmente.
La inmigración: Aseguró la mano de obra necesaria para el modelo agroexportador, que se basaba en la exportación de productos primarios baratos, con poco valor agregado, y la importación de manufacturas caras.
La dependencia comercial: El sometimiento a los intereses británicos fue producido por el crecimiento del país realizado solamente “hacia fuera”.
El monopolio político: El gobierno oligárquico era ejercido sólo por unos pocos pertenecientes al sector local privilegiado.
El video que sigue es un buen resumen sobre los acontecimientos políticos más importantes de las presidencias de la República conservadora, las presidencias oligárquicas, el socialismo, el nacimiento de la UCR y las revueltas anarquistas.